Si hay algo que me encantan son las tartas, y ésta es tan rica que van a querer hacerla siempre porque además es muy sencilla. Tiene una textura muy parecida al cheescake pero más livianita, de hecho utilicé la típica base de galletas y así variar un poco, porque generalmente las hago de masa. Nunca había usado base de galletas, principalmente porque me daba miedo que no me resultara, pero me resultó y eso que le agregué un poco de leche cuando vi que faltaba más humedad, ahora me pregunto si se podrá hacer solo con leche, así que para la próxima lo intentaré de esa forma. Las cantidades son para una tarta de 26 cms. de diámetro.
Ingredientes:
Para la base
- 2 paquetes de galletas de vino (300 grs. aprox.)
- 125 grs. de mantequilla derretida
- 3 cucharadas de leche
Para el relleno
- 1 tarro de leche condensada
- 625 grs. de yogurt natural
- 2 tazas de frutos rojos (yo usé frambuesas, moras y arándanos)
Para la salsa de frutos rojos
- 1 taza de frutos
- 1/2 taza de agua
- 2 cucharadas de azúcar
Preparación:
Moler las galletas hasta que queden como polvo, incorporar la mantequilla derretida y la leche, disponer sobre el molde presionando fuerte con una cuchara para que se compacte bien y reservar.
En un bol mezclar la leche condensada con el yogurt natural hasta incorporar. Sobre el molde con la base de galletas, disponer las dos tazas de fruta y verter la mezcla de yogurt, llevar a horno precalentado por aprox. 15 minutos o hasta que cuaje. Mientras tanto, en una olla pequeña poner la taza de fruta, el agua y el azúcar y dejar a fuego medio hasta que el azúcar se disuelva y la mezcla espese un poco, mientras se está cocinando ir machacando las frutas, debe quedar como una mermelada (yo lo dejé alrededor de 15 minutos). Apagar y dejar enfriar completamente. Una vez lista la tarta, sacar del horno, dejar enfriar y refrigerar. Servir con la salsa de frutos rojos bien fría y a disfrutar.
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